A finales del año pasado, la ONU declaró 2014 como el Año Internacional de la Agricultura Familiar Agraria, (iniciativa surgida en el Foro Rural Mundial, cuya sede está en el País Vasco). Sin embargo, aunque parezca que todo el mundo tenga claro qué es la agricultura familiar, el término se torna complejo cuando hay que definirlo.

Eso es lo que pasó en el IV Congreso Nacional de Desarrollo Rural celebrado en Zaragoza, en el que los principales responsables de los colectivos agrarios se vieron en cierto aprieto cuando una persona del público les pidió que dieran su definición de agricultura familiar.

La definición de agricultura familiar, todo un dilema

Sin duda alguna, el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, fue el más concreto y supo poner en valor su actual cargo de coordinador del Comité español del Año Internacional de la Agricultura Familiar. «Para UPA, la agricultura familiar es aquella que gestiona el titular o titulares de la explotación, creando además empleo, y que está implicada en el territorio donde se ubica y por tanto lo gestiona de manera sostenible, invierte en él y trabaja por él», declaró.

Por su parte, el secretario general de COAG, Miguel Blanco, reconoció que, aunque la defensa de la agricultura familiar ha sido el lema original de su organización, actualmente prefieren hablar de «modelo social» de agricultura, puesto que hoy, los miembros de una familia no se implican tanto en la explotación agraria como antes. «La agricultura familiar es la del agricultor profesional, el autónomo, la de las pequeñas y medianas empresas que generan autoempleo», concretó.

El presidente de Cooperativas Agro-alimentarias, Fernando Marcén, explicó que, en su opinión, «agricultura familiar es la que transmite la tradición, pasando de padres a hijos, la que vive choques generacionales, la agricultura que produce, pasa por sus dificultades financieras y la que para competir tiene que apoyarse en otros», haciendo ver la necesidad de agruparse y organizarse que tienen los agricultores.

Por su parte, el vicepresidente de ASAJA Nacional, José Manuel Cebollada, consideró que la definición de la agricultura familiar no se puede medir según el número de hectáreas o de cabezas de ganado. «ASAJA defiende el modelo empresarial, la agricultura activa, porque las empresas también generan trabajo en el medio rural», apostilló.

Finalmente, el broche lo puso Lorenzo Ramos, quien añadió que, según la FAO, se entiende como agricultura familiar «una forma de clasificar la producción agrícola, forestal, pesquera, pastoril y acuícola, gestionada y operada por una familia y que depende principalmente de la mano de obra familiar, incluyendo tanto a mujeres como a hombres».

Todo un modelo a tener en cuenta puesto que la agricultura familiar es la que produce el 70% de los alimentos consumidos en el mundo.

Nota: Foto tomada del banco de fotos de la organización agraria UPA.

Escrito por Elisa Plumed

Periodista especializada en agricultura y alimentación.

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